sábado, 7 de mayo de 2011

EL BIEN COMÚN

Te …. Mas… de josé luis garcía salazar

El Bien Común

Es un concepto con el que se estructuraron algunas normas de convivencia humana desde hace muchos siglos. Grandes filósofos como Platón y Aristóteles trataron de explicar su significado y desde entonces podemos contar con algunas definiciones como:


“Aquello de lo que se benefician todos los ciudadanos”.


“No puede excluirse a nadie de los beneficios del Bien Común ni por ser de diferente nación, religión, sexo, convicción política o posición social. Nadie, ni los aún no nacidos ni las siguientes generaciones deberán ser excluidos de tales beneficios”.


“Es la suma de condiciones de la vida social que permiten a los individuos dar forma libremente a su vida para lograr su felicidad”.


“Aquello que es compartido por los miembros de una comunidad y que les proporciona riqueza material, espiritual y social”.


“Es un bien indivisible que afecta la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno de los integrantes de la comunidad y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad”.

Obras históricas y trascendentales del Bien Común en Yurécuaro
Nuestra gente se ha caracterizado por su esfuerzo y buena disposición para cooperar al logro del Bien Común. Se tienen evidencias de su solidaridad y baste mencionar las siguientes:
1805 a 1808 se construye el templo.
1853 se hacen los primeros canales de regadío.
1858 se construye la primera escuela.
1861 se hace la primera calzada hacia Tanhuato.
1864 se construye el atrio de la iglesia.
1881 se levantan las escuelas para niñas y niños (donde ahora está el Mercado Municipal).
1883 se instala el alumbrado público.
1900 a 1904 portales exteriores y kiosko de la Plaza Principal.
1922 se terminan los portales interiores de la Presidencia Municipal.
1925 se pavimenta la Plaza Principal.
1928 a 1930 empedrado y embanquetado de calles.
1937 parque recreativo “Felipe Pescador”.
1940 a 1943 canales de riego construidos por los Ejidatarios.
1962 sistema de agua potable.
1964 inauguración del drenaje.
1969 se erige la Parroquia de Cristo rey.
1969 pavimentación de calles.
1972 nuevo alumbrado público.
1998 inauguración de la Casa de la Cultura.

Estas y otras obras se han logrado por la solidaridad de la genta que a través de rifas, kermeses y sobre todo, por medio del concurso de las “Reinas de las Fiestas Patrias” han reunido los recursos económicos para poder solventar los gastos de las obras municipales. Sin embargo, lo más plausible de todas ellas fue la cooperación hombro con hombro y la unión de voluntades para poder realizar trabajos que demandaron la humildad y dejar a un lado los malos entendidos entre nuestra gente.

Obras actuales y futuras para el Bien Común de nuestra ciudad
Quiero ahora referirme a una parte de una de las definiciones antes citadas y que dice: “….Nadie, ni los aún no nacidos ni las siguientes generaciones deberán ser excluidos de los beneficios del Bien Común… ”.


En base a lo anterior, caben hacer las siguientes reflexiones:


Primero: ahora que nos estamos enfrentando a una obra de cierta magnitud y que demanda de los ciudadanos llevar a cabo actos de cooperación y por qué no decirlo, demanda también sacrificios e incomodidades temporales, ¿no los podremos hacer en beneficio de las siguientes generaciones de yurecuarenses?. Si bien es cierto, yo que escribo esto, solo vivo poco tiempo en Yurécuaro pero puedo comentarles que las obras que se realizan en la zona metropolitana de la ciudad de México las padecemos durante tres o cuatro años al término de los cuales gozamos de sus beneficios. Ahora en el 2011 aún no visualizamos los beneficios de las obras que cambiarán la fisonomía de nuestra ciudad pero hay que analizar las tendencias económicas del país que lo presentan como un “destino turístico” que puede tener ingresos económicos considerables por este rubro sobre todo ahora que ya se están terminando nuestras reservas petrolíferas y necesitamos otras fuentes de ingreso. Con el cambio de fisonomía, nuestra ciudad puede lograr en unos pocos años, un incremento considerable de los ingresos en la actividad económica como lo han logrado muchas ciudades y “Pueblos mágicos” que han capitalizado e incrementado hasta en un 50 % en sus ventas en los distintos rubros. Alguien podrá decir: “falta mucho para ser un destino turístico y no tenemos nada de eso”. Sin embargo, es hora de seguir mostrando nuestra buena voluntad y sembrar algo por los que vienen después de nosotros.


Segundo: en otra de las definiciones arriba citadas se menciona: “....El Bien Común exige la prudencia por parte de cada uno de los integrantes de la comunidad y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad”.


Con respecto a esto, debemos entender que esta obra trascendental que cambiará la fisonomía de la ciudad no se concretará ni en uno o cuatro trienios de gobiernos municipales y va a requerir sobre todo inteligencia, buena organización y sobre todo armonía y buena comunicación entre todos nosotros.


Todos tenemos derecho a que se nos informe adecuadamente y sobre todo, tenemos derecho a que se nos trate con respeto y dignidad ciudadana. Si bien es sabido que se han cometido errores de previsión y comunicación en las obras que ya van avanzadas en la Calle Constitución, será necesario prevenir para cuando se construya a lo largo de la Calle Independencia y después en las demás calles de Yurécuaro. De esos errores pasados podemos obtener aprendizajes.


Nuestra economía se basa principalmente en la agricultura, el comercio y las industrias de la confección de vestidos y de artículos religiosos. Al tener una nueva fisonomía, nuestra ciudad podrá beneficiarse con la llegada de muchos visitantes que atraídos por la belleza y armonía de sus calles podrán pasear tranquilamente y podremos tener mayores ingresos debido a la actividad turística. Hagamos todos los esfuerzos y sacrificios que demandan estas obras que perdurarán por más de doscientos años y las gozarán las nuevas generaciones.


Quiero terminar este Te.. Mas con una anécdota:


En un pueblo de la Sierra michoacana vivía Don Abundio, hombre que ya había cumplido los 95 años. La gente siempre lo encontraba en sus tierras trabajando y en una ocasión estaba sembrando unos árboles cuando uno de sus vecinos le preguntó. ¿qué árbol está sembrando Don Abundio? Y éste le contestó: ¡Estoy sembrando nogales! Su vecino le replicó: ¡Pero Don Abundio, qué no sabe que esos árboles tardan muchos, pero muchos años antes de dar nueces!
Don Abundio le contestó: “A mí no me importa no estar aquí cuando los árboles estén echando frutos; yo lo que espero es que mis árboles den mucha sombra y frutos a la gente de este lugar aunque algunos ni hayan nacido todavía.”

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