viernes, 15 de julio de 2011

UNA VIDA SIN ESTRES

Te …. Mas… de josé luis garcía salazar


¿Por qué es importante este tema?

En un reciente congreso de medicina se comentó que, a nivel mundial, uno de cada cuatro individuos, sufren un problema grave de estrés. También se dijo que México es uno de los países con mayores niveles de estrés en el mundo ya que aquí se encuentran presentes los principales factores que lo provocan como: la pobreza, los cambios constantes en las condiciones de vida, la inseguridad, etc. Adicionalmente se llegó a la conclusión de que, si las personas toman la iniciativa para prevenir esta enfermedad, lograrán una mejor salud. A este respecto, los expertos concuerdan en que la enfermedad persiste porque las personas culpan de su estrés a los aspectos externos que las rodean; por ejemplo, cuando dicen: “mis padres me tratan mal” o “mi novio no me quiere” o “el Gobierno me debe dar más facilidades para vivir”, etcétera. En esos casos, si las personas no empiezan a hacer algo por sí mismas y en lugar de culpar a los demás, inician acciones para prevenir o curar su estrés, el problema seguirá agravándose.
En la actualidad, todos sabemos que en nuestro país se están viviendo momentos muy difíciles.
Hace unos años, cuando se hacían encuestas sobre las necesidades de los ciudadanos, la mayor preocupación de los mexicanos era la situación económica. Ahora la mayor necesidad es la de “tener seguridad”, entendiéndose ésta como seguridad en la familia, en nuestros vecindarios o en cualquier situación que vivimos. También implica el que cada persona tenga seguridad “dentro” de sí misma o lo que es lo mismo, que tenga paz.

El estrés lo podemos definir como: “un estado de gran tensión nerviosa causado por la ansiedad, el exceso de trabajo, etc. y que produce trastornos físicos y psicológicos”. Si cada persona desde su fuero interno, aprende a dominar el estrés será capaz de vivir más relajada y productivamente y también logrará una mejor calidad de vida.

En este contexto, la obra de Norman Vincent Peale, nos da ideas para prevenir algunos enemigos de nuestra paz interior los cuales causan en gran parte el estrés que caracteriza a la vida cotidiana en la actualidad. Los cuatro enemigos son: falta de confianza, el resentimiento, el remordimiento y las preocupaciones.
Falta de confianza en uno mismo. En muchos casos, nosotros somos nuestro mayor enemigo ya que por naturaleza, identificamos y le ponemos mayor atención a nuestros defectos. Casi nunca identificamos esa gran cantidad de talentos, habilidades, cualidades y fortalezas que poseemos. Nos menospreciamos más duramente que lo que otras personas hacen con nosotros. Nos falta autoestima o sea, “el querernos a nosotros mismos”. Tampoco tomamos en cuenta esa gran cantidad de “victorias personales” que hemos logrado en la vida. Si las recordáramos, veríamos que en su momento, nos costaron muchos esfuerzos y salimos victoriosos y las gozamos mucho. Recordemos cuando estábamos por reprobar alguna materia en la escuela. Recordemos en ese episodio, el empeño y voluntad que pusimos para estudiar y aprobar. Recordemos lo que sentimos cuando vimos la calificación aprobatoria. También en nuestra vida existen muchas otras victorias personales que hemos alcanzado y que nos demuestran que sí podemos lograr los retos que nos proponemos. Es necesario tener presentes esos episodios triunfales y sentirnos orgullosos por nosotros mismos y sobre todo que, cada que pensemos en nuevos retos a vencer, confiemos en nosotros mismos ya que poseemos todo para salir adelante.
Los resentimientos. Resentimiento significa sentir y volver a sentir la consecuencia de una acción que creemos nos ha perjudicado. En las relaciones humanas, cuando una persona nos perjudica, o creemos que nos perjudica, la tomamos tan en serio que vivimos amargados mucho tiempo después de que ocurrió. Nosotros revivimos muchas veces el episodio y eso nos provoca males en nuestra salud física y en nuestras emociones. Nos volvemos iracundos y vengativos, presas de la ansiedad y el estrés. Caemos en estados de ánimo donde constantemente culpamos a otros de nuestros males y por lo tanto no asumimos nuestra responsabilidad ante la vida. Creemos que todas las personas que nos rodean, tienen mala voluntad hacia nosotros. El resentimiento es cólera reprimida que solo daña a nuestra fisiología: a nuestro corazón, hígado y a nuestro sistema digestivo, principalmente. Cuando vivimos en un estado de ánimo de resentimiento, consumimos mucha energía ya que solo pensamos en encontrar la manera de que la persona que nos perjudicó, pague su castigo. Esa energía desperdiciada debería utilizarse en restablecer la buena comunicación con los que nos rodean. El resentimiento es una ponzoña que mata sin sentir al que la lleva a cuestas por lo tanto, si perdonamos al que nos dañó, nos estamos salvando a nosotros mismos.
La culpa y el remordimiento. Se pueden definir como “un pesar interno provocado por una mala acción que hemos cometido”. Se elimina cuando honesta y deliberadamente pedimos disculpas y reparamos el daño que hemos cometido a otros. No somos perfectos y todos comentemos fallas y errores y en dichas situaciones, también ofendemos a personas. Sin embargo, no debemos pensar que la culpa es perpetua y que deberá ser pagada toda la vida y por lo tanto, deberemos encontrar maneras de quitárnosla de encima. En ocasiones somos demasiado exigentes con nosotros mismos y cuando hacemos algo mal, nos consideramos las peores personas del mundo; en dichas circunstancias, nos auto-ofendemos y no somos capaces de perdonarnos y con eso también demostramos que no sabemos perdonar a otros.
Las preocupaciones. Decía Mark Twain: “Tanto es problema la pérdida de una muñeca para una niña como la pérdida del reino para un rey”. Muchas veces creemos que nuestros problemas son los más grandes del universo y por eso todo el tiempo andamos pensando en que no se pueden resolver. A veces son tantos los problemas que brincan en nuestro cerebro y nos preocupamos tanto acerca de su solución que, no paramos a pensar que de todas esas preocupaciones, en realidad solo llegan a suceder muy pocas. Una preocupación se rumia y se cavila y eso significa que solamente se revuelve en nuestra mente y nos provoca ansiedades que se convierten en enfermedades del cuerpo y del alma. Estas enfermedades las sufrimos y se manifiestan en el insomnio y estrés que nos acompañan y que se traducen en malas decisiones, baja efectividad intelectual, mal manejo de nuestras emociones y malas relaciones personales.

Así pues, el combate al estrés debe iniciar al tomar la responsabilidad para generar en nosotros mismos una coherencia interior para comprometernos con nosotros mismos con frases como: “Yo voy a hacer…. ”; “A mí me corresponde trabajar para…..”; “Voy a lograr ….. ”.
Finalmente, en el congreso de medicina se dieron muchas recomendaciones, algunas muy sensatas como: “acudir a un especialista”; “realizar técnicas de relajación”; “evitar el uso de tranquilizantes o alcohol”. También se dieron recomendaciones un tanto raras como: “mascar chicle” y muchas más.
El estrés seguirá incrementándose en muchas personas en el mundo y será más grave que lo que representa ahora; sin embargo, también tenemos este tipo de estudios que nos proporcionan la “medicina” para curarnos y de nosotros depende si la tomamos o no.

viernes, 10 de junio de 2011

AL RESCATE DE LOS TESOROS DE MÉXICO

Te …. Mas… de josé luis garcía salazar


Al rescate de los tesoros de México

Nuestro país ha sido bendecido y siempre ha sido lugar de creación de muchas joyas y tesoros y aunque de algunos de ellos ya gozamos sus beneficios, existen otros en espera de que los mexicanos obtengamos un mayor provecho. En la actualidad ya están al descubierto tesoros arqueológicos como los de Teotihuacán, Palenque, Monte Albán y Chichén Itzá, por citar solo unos pocos. También hay infinidad de tesoros aun por descubrir en las zonas aledañas a estas ciudades prehispánicas y se sigue explorando en ellas. Ahora bien, también hay miles de piezas de nuestras culturas primigenias que están “guardadas” en museos y colecciones privadas a lo largo del mundo. Junto a ellas, hay objetos de arte muy valiosos, pinturas, esculturas y documentos históricos que dan cuenta de la grandeza del pueblo mexicano.

El Penacho de Moctezuma
En los últimos años se ha hecho muy famosa la lucha de Xoconoschtletl Gomorra, líder de un movimiento en favor de las causas indígenas. El señor Gomorra prácticamente ha vivido 20 años en Viena, Austria, reclamando que se devuelva a México el penacho. El nombre original del penacho es: Kopilli Ketzalli (Corona sagrada) y tenía un casco de oro puro y 400 plumas de pájaro Quetzal. Una de las versiones que se cuentan sobre esta corona, dice que después de matar a Moctezuma la corona fue robada por los españoles; el casco de oro fue convertido en barras de oro y el penacho se le llevó a Carlos V, rey de España. Otra versión dada por especialistas de la UNAM, asegura que el penacho, que ni siquiera usó Moctezuma, fue regalado por éste a Hernán Cortés. Cortés lo llevó a Bruselas, y en 1563 pasó a manos del conde Fernando de Tirol, quien era sobrino de Carlos V y posteriormente fue pasando por diversos dueños de colecciones privadas hasta que llegó a Viena en 1817. El penacho permaneció descuidado por mucho tiempo hasta que, a fines del siglo XIX, fue redescubierto y restaurado y ya en el siglo XX sobrevivió a guerras, saqueos e incendios y actualmente es admirado por miles de visitantes del Museo de Etnología de Viena. En México, contamos con una réplica del penacho y que, a decir de los que han visto el que está en Viena, es más hermoso el que tenemos aquí. Esta réplica del mismo tamaño, se hizo en 1958. Se usaron plumas auténticas, colocadas con la técnica de la plumaria y se usaron también piezas de oro y la podemos admirar en el Museo Nacional de Antropología e Historia de la ciudad de México.

La Custodia de Borda
José de la Borda fue un minero que nació en Francia, vivió algún tiempo en España y finalmente vino a radicar a México, muriendo en Cuernavaca en 1778. Construyó muchas obras que al ser terminadas pasaron a posesión de las poblaciones donde él llegaba a vivir. Posiblemente, la mayor obra en la que se empeñó fue la Iglesia de Santa Prisca en Taxco. Debido a su construcción, don José de la Borda se endeudó tanto que tuvo que vender la Custodia que había mandado a hacer para los oficios religiosos en Santa Prisca. La venta fue hecha al Arzobispo de la Catedral de la Ciudad de México. Según los archivos del historiador Alberto María Carreño, la Custodia solo se sacaba en la fiesta de Corpus Christi. Pesaba tanto que el Arzobispo se tenía que valer de un aparato colgado al cuello para poder soportar el peso. La Custodia medía poco menos de metro y medio y era de oro. El sol tenía 65 ráfagas, guarnecidas por el anverso con 1822 diamantes rosas; la cruz, la nube, la greca de la nube y las flores que la adornaban, tenían en total otros 3 878 diamantes. También estaba adornada por 1957 esmeraldas y contenía otras 2945 piedras diferentes como gemas, rubíes, zafiros, amatistas y muchas más de otra naturaleza. El historiador dice que don José de la Borda se había pasado muchos años reuniendo la gran cantidad de piedras preciosas para poder ofrecer a Dios y a la Virgen su agradecimiento. También cuenta la leyenda que en su tiempo se acuñó un dicho que se propaló entre la población: “Dios a darle a Borda… y Borda a darle a Dios”. En los archivos de la catedral Metropolitana (Ciudad de México), se encuentra la escritura de la compra de la Custodia y lo que no se ha podido encontrar allí ni en ninguna parte es la explicación de cómo desapareció la famosa Custodia. Lo que si se asegura, es que ahora, la Custodia de Borda se encuentra en la Basílica de Notre Dame de París.

La Isla de Clipperton o Isla de la Pasión
México también tiene por rescatar otros tesoros, como es el caso de esta isla enclavada en un atolón coralino deshabitado de 6 por 8 kilómetros. Está localizada en el océano Pacífico norte a 1 100 kilómetros al suroeste de Punta Tejupán (Michoacán) siendo el punto más cercano a tierra firme de cualquier otra nación. Es por ello que se puede obtener un rescate, si es que hubiera algún deseo por parte de México. La Isla Clipperton, actualmente es administrada por Francia.
Historia. Desde el siglo XVII, España fincó su dominio sobre la isla. Sin embargo, ha habido participación de Francia ya que en 1711 la reclamó.
Tras la independencia de México, nuestro país se consideró como heredero y pasó a formar parte de nuestro territorio declarándolo en las diferentes Constituciones Políticas hasta que en 1934 fue sacada del texto constitucional sin saber a ciencia cierta la razón. En 1897, durante el gobierno de Porfirio Diaz, se tenía una guarnición militar y se extendió un permiso de explotación del guano a una compañía inglesa que construyó un muelle, llevó equipo y gente en cantidad de hasta cien trabajadores. Los Estados Unidos también tuvieron posesión de la isla para explotar el guano como fertilizante pero debido a la mala calidad del guano, no prosperó mucho la explotación. Mientras tanto, la guarnición militar a cargo de Ramón Arnaud de la marina mexicana, llegó a tener cerca de 100 personas entre hombres, mujeres y niños. Sin embargo, durante la Revolución Mexicana, los habitantes de la isla fueron dejados a su suerte y nos les surtieron de provisiones y fueron muriendo muchos de ellos a causa del escorbuto. En 1915 sepultaron a varios de los últimos sobrevivientes que esperaban ser rescatados. Al final de este episodio, solamente quedaba el guardián de la isla, Victoriano Álvarez con algunas mujeres y niños. Se dice que Victoriano se auto-proclamó rey y empezó a comportarse violentamente hasta que fue victimado por las mujeres, entre ellas, Alicia Rovira quien era esposa del capitán Arnaud. El 18 de julio de 1917, 4 mujeres y 7 niños, los últimos sobrevivientes de la isla, fueron rescatados por los tripulantes de un barco de la marina estadounidense. Posteriormente, en 1930, Francia y México pidieron al Vaticano que actuara como mediador en la disputa por la posesión. El Vaticano asignó la tarea al rey de Italia, Víctor Manuel III, quien finalmente decidió en favor de Francia. Los franceses establecieron un puesto militar que solo duró unos años, quedando la isla nuevamente desierta. El presidente estadounidense, F. D. Roosevelt visitó la isla y en 1944 ordenó la ocupación de la isla para convertirla en una base aérea, pero no se construyó la base.
En 1962, cuando Francia ya no tenía donde hacer sus pruebas nucleares, quiso utilizar la isla para depositar los desechos nucleares pero México y los Estados Unidos, no lo permitieron.

Otros tesoros escondidos
En nuestro territorio, según la leyenda popular, existen aun muchos tesoros que esperan ser descubiertos. Se habla del tesoro de Moctezuma que se llevaron los españoles en la “Noche Triste” y que según lo relatado, pudo haber quedado en el camino que iba del actual Zócalo capitalino y hasta el Cerro de la Virgen de los Remedios en Naucalpan. Tenemos también el tesoro de Tangaxoán II, el último rey purépecha que a pesar de ser torturado, no confesó a Nuño de Guzmán el paradero del tesoro. Hay infinidad de galeones hundidos en las costas veracruzanas y que llevaban muchas riquezas a España. Tenemos los “entierros” a lo largo de El Camino de la Plata, que venía desde Santa Fe en el actual estado de Nuevo México hasta Querétaro y por donde transitaban miles de recuas cargadas de oro y plata de las minas y cuando iban a ser asaltadas, preferían enterrar los tesoros antes de entregarlos a los agresores.
También tenemos innumerables tesoros escondidos, a lo largo del periodo colonial en las grandes haciendas, por hombres como: Francisco de Urdiñola, en Coahuila; Antonio de Obregón, conde de la Valenciana, en Guanajuato. Existe también un tesoro inmenso que según la leyenda quedó escondido dentro de los confines de las propiedades de Pedro Romero de Terreros considerado en su tiempo como “el hombre más rico del mundo”. Este personaje regaló a Carlos II un acorazado con 112 cañones por lo cual obtuvo el título de “conde de Regla”. También en Coahuila se cuenta de un carro con lingotes de oro que llevaba el ejército insurgente en 1811 cuando hicieron prisionero a Miguel Hidalgo.
Por nuestros rumbos, tenemos el tesoro de José Francisco Velarde, el “burro de Oro”, y cuya leyenda cuenta de grandes cantidades de oro escondidas en donde fue la Hacienda de Buena Vista (en la actual Vista Hermosa, Michoacán).

Que bueno que nos preocupemos por rescatar los tesoros antes mencionados, pero, ¿no estamos olvidando otro tipo de tesoros que debemos preservar, rescatar y honrar? En México existen tesoros como la Selva Lacandona, considerada el segundo mayor pulmón de América. Existen bellas zonas desérticas; montañas grandiosas y muchas otras zonas que requieren de nosotros un cuidado responsable.
Y a final de cuentas, ¿no estamos olvidando el mayor tesoro de nuestro país? Ese tesoro que representa nuestra gente. Ese tesoro que es cada mexicano como SER individual conteniendo un cúmulo de talentos, creatividad, valores, principios y creencias que nos hacen ser irrepetibles en el universo.
No olvidemos rescatarnos a nosotros mismos. Rescatar nuestra dignidad y seguridad; nuestro trabajo y nuestro respeto.

sábado, 7 de mayo de 2011

EL BIEN COMÚN

Te …. Mas… de josé luis garcía salazar

El Bien Común

Es un concepto con el que se estructuraron algunas normas de convivencia humana desde hace muchos siglos. Grandes filósofos como Platón y Aristóteles trataron de explicar su significado y desde entonces podemos contar con algunas definiciones como:


“Aquello de lo que se benefician todos los ciudadanos”.


“No puede excluirse a nadie de los beneficios del Bien Común ni por ser de diferente nación, religión, sexo, convicción política o posición social. Nadie, ni los aún no nacidos ni las siguientes generaciones deberán ser excluidos de tales beneficios”.


“Es la suma de condiciones de la vida social que permiten a los individuos dar forma libremente a su vida para lograr su felicidad”.


“Aquello que es compartido por los miembros de una comunidad y que les proporciona riqueza material, espiritual y social”.


“Es un bien indivisible que afecta la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno de los integrantes de la comunidad y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad”.

Obras históricas y trascendentales del Bien Común en Yurécuaro
Nuestra gente se ha caracterizado por su esfuerzo y buena disposición para cooperar al logro del Bien Común. Se tienen evidencias de su solidaridad y baste mencionar las siguientes:
1805 a 1808 se construye el templo.
1853 se hacen los primeros canales de regadío.
1858 se construye la primera escuela.
1861 se hace la primera calzada hacia Tanhuato.
1864 se construye el atrio de la iglesia.
1881 se levantan las escuelas para niñas y niños (donde ahora está el Mercado Municipal).
1883 se instala el alumbrado público.
1900 a 1904 portales exteriores y kiosko de la Plaza Principal.
1922 se terminan los portales interiores de la Presidencia Municipal.
1925 se pavimenta la Plaza Principal.
1928 a 1930 empedrado y embanquetado de calles.
1937 parque recreativo “Felipe Pescador”.
1940 a 1943 canales de riego construidos por los Ejidatarios.
1962 sistema de agua potable.
1964 inauguración del drenaje.
1969 se erige la Parroquia de Cristo rey.
1969 pavimentación de calles.
1972 nuevo alumbrado público.
1998 inauguración de la Casa de la Cultura.

Estas y otras obras se han logrado por la solidaridad de la genta que a través de rifas, kermeses y sobre todo, por medio del concurso de las “Reinas de las Fiestas Patrias” han reunido los recursos económicos para poder solventar los gastos de las obras municipales. Sin embargo, lo más plausible de todas ellas fue la cooperación hombro con hombro y la unión de voluntades para poder realizar trabajos que demandaron la humildad y dejar a un lado los malos entendidos entre nuestra gente.

Obras actuales y futuras para el Bien Común de nuestra ciudad
Quiero ahora referirme a una parte de una de las definiciones antes citadas y que dice: “….Nadie, ni los aún no nacidos ni las siguientes generaciones deberán ser excluidos de los beneficios del Bien Común… ”.


En base a lo anterior, caben hacer las siguientes reflexiones:


Primero: ahora que nos estamos enfrentando a una obra de cierta magnitud y que demanda de los ciudadanos llevar a cabo actos de cooperación y por qué no decirlo, demanda también sacrificios e incomodidades temporales, ¿no los podremos hacer en beneficio de las siguientes generaciones de yurecuarenses?. Si bien es cierto, yo que escribo esto, solo vivo poco tiempo en Yurécuaro pero puedo comentarles que las obras que se realizan en la zona metropolitana de la ciudad de México las padecemos durante tres o cuatro años al término de los cuales gozamos de sus beneficios. Ahora en el 2011 aún no visualizamos los beneficios de las obras que cambiarán la fisonomía de nuestra ciudad pero hay que analizar las tendencias económicas del país que lo presentan como un “destino turístico” que puede tener ingresos económicos considerables por este rubro sobre todo ahora que ya se están terminando nuestras reservas petrolíferas y necesitamos otras fuentes de ingreso. Con el cambio de fisonomía, nuestra ciudad puede lograr en unos pocos años, un incremento considerable de los ingresos en la actividad económica como lo han logrado muchas ciudades y “Pueblos mágicos” que han capitalizado e incrementado hasta en un 50 % en sus ventas en los distintos rubros. Alguien podrá decir: “falta mucho para ser un destino turístico y no tenemos nada de eso”. Sin embargo, es hora de seguir mostrando nuestra buena voluntad y sembrar algo por los que vienen después de nosotros.


Segundo: en otra de las definiciones arriba citadas se menciona: “....El Bien Común exige la prudencia por parte de cada uno de los integrantes de la comunidad y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad”.


Con respecto a esto, debemos entender que esta obra trascendental que cambiará la fisonomía de la ciudad no se concretará ni en uno o cuatro trienios de gobiernos municipales y va a requerir sobre todo inteligencia, buena organización y sobre todo armonía y buena comunicación entre todos nosotros.


Todos tenemos derecho a que se nos informe adecuadamente y sobre todo, tenemos derecho a que se nos trate con respeto y dignidad ciudadana. Si bien es sabido que se han cometido errores de previsión y comunicación en las obras que ya van avanzadas en la Calle Constitución, será necesario prevenir para cuando se construya a lo largo de la Calle Independencia y después en las demás calles de Yurécuaro. De esos errores pasados podemos obtener aprendizajes.


Nuestra economía se basa principalmente en la agricultura, el comercio y las industrias de la confección de vestidos y de artículos religiosos. Al tener una nueva fisonomía, nuestra ciudad podrá beneficiarse con la llegada de muchos visitantes que atraídos por la belleza y armonía de sus calles podrán pasear tranquilamente y podremos tener mayores ingresos debido a la actividad turística. Hagamos todos los esfuerzos y sacrificios que demandan estas obras que perdurarán por más de doscientos años y las gozarán las nuevas generaciones.


Quiero terminar este Te.. Mas con una anécdota:


En un pueblo de la Sierra michoacana vivía Don Abundio, hombre que ya había cumplido los 95 años. La gente siempre lo encontraba en sus tierras trabajando y en una ocasión estaba sembrando unos árboles cuando uno de sus vecinos le preguntó. ¿qué árbol está sembrando Don Abundio? Y éste le contestó: ¡Estoy sembrando nogales! Su vecino le replicó: ¡Pero Don Abundio, qué no sabe que esos árboles tardan muchos, pero muchos años antes de dar nueces!
Don Abundio le contestó: “A mí no me importa no estar aquí cuando los árboles estén echando frutos; yo lo que espero es que mis árboles den mucha sombra y frutos a la gente de este lugar aunque algunos ni hayan nacido todavía.”

domingo, 10 de abril de 2011

Las enseñanzas de don Quijote

Miguel de Cervantes, uno de los grandes genios de la humanidad nos legó una magna obra titulada originalmente como “El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha”. La primera parte la escribió entre 1590 y 1602 y la segunda parte entre 1605 y 1611.
Con su obra, Cervantes se hizo inmortal hablando por boca de un loco y de un rústico y creó la fábula más ingeniosa del mundo. En su tiempo, algunos la catalogaron como la mejor epopeya cómica del género humano y otros como una epopeya poética de un sueño. Don Quijote es el símbolo de la idealidad y generosidad, el espíritu de lo que nunca muere en el hombre: el amor y la fe. Por su parte, Sancho Panza representa el espíritu práctico de la vida y Dulcinea del Toboso, es la mujer amada ideal.
Cuando Cervantes hizo este libro, lo escribió con intención de que el melancólico lector se mueva a risa, el risueño la acreciente, el simple no se enfade, el discreto se admire de las invenciones, el que se crea importante no la desprecie y el prudente no deje de alabarla.
A través de sus personajes de la obra, Cervantes nos hace reflexionar sobre lo mucho que hay que aprender en ella y también nos hace reír como la siguiente historia:
El Pueblo del Rebuzno
En cierto pueblo a uno de sus regidores se le perdió su burro y aunque lo anduvo buscando afanosamente, no lo encontró. Otro funcionario le avisó por donde había visto el burro perdido en el monte y fueron los dos a buscarlo.
Al llegar al lugar indicado, no vieron al burro por lo que decidieron usar la siguiente estrategia. Los dos funcionarios presumían de saber rebuznar mejor que los asnos y acordaron ir cada uno por distinto camino al mismo tiempo que iban rebuznando con la esperanza de que el burro perdido respondiera a sus llamados.
En determinado momento, los buscadores rebuznaron al mismo tiempo y acudieron uno hacia el otro creyendo que habían encontrado al animal y cuando se vieron frente a frente, dijo uno: “¿Es posible, compadre, que no fue mi asno el que rebuznó?” “No fue sino yo – respondió el otro.” “Ahora digo – dijo el dueño—que entre el burro y tú, no hay ninguna diferencia, en cuanto toca a rebuznar; porque en mi vida he visto ni oído cosa parecida.” “Esas alabanzas –respondió el otro—te quedan mejor a ti, compadre; que por el Dios que me crió, podéis dar dos rebuznos de ventaja al mayor y más perito rebuznador del mundo, porque el sonido que tenéis es alto; tu voz es sostenida y a su tiempo y tu tonada es inmejorable; en fin, yo me doy por vencido y tú ganas en esta rara habilidad.” “Ahora digo –respondió el dueño—que de aquí en adelante me estimaré más porque tengo esta gracia. ”También diré yo ahora –respondió el otro—que hay raras habilidades perdidas en el mundo, y que son mal empleadas en aquellos que no saben aprovecharse de ellas.”
Para hacer el cuento corto, los dos regidores continuaron buscando al burro pero lo encontraron muerto en el fondo de un barranco por lo que volvieron desconsolados a la aldea. Allí relataron a sus amigos y vecinos lo que les había sucedido cuando andaban en la búsqueda del asno y ese cuento se extendió por toda la comarca de tal manera que de allí en adelante, cuando un residente de otra población se encontraba cerca de algún habitante del Pueblo del Rebuzno, se ponía a rebuznar a manera de burla y eso fue motivo de muchos pleitos.
Cervantes, por medio de las locuras de don Quijote quiso resucitar y volver al mundo la ya olvidada orden caballeresca; por lo tanto, su misión estaba bien clara: deshacer agravios, enderezar tuertos, rescatar viudas, proteger doncellas, y enmendar sinrazones y abusos. Esto lo aprovechaban algunos vivales diciendo: “Pues yo me la he pasado haciendo tuertos, recostando viudas, deshaciendo algunas doncellas, de esas que andan con toda su virginidad a cuestas y hasta con peligro de irse enteras a la sepultura”.
En la obra de 126 capítulos, don Quijote nos hace vivir muchas escaramuzas entre las cuales podemos citar:
Cuando es “armado” como caballero, cuando compartió comida con los cabreros, cuando liberó a los que llevaban presos a servir en las galeras, cuando arremetió a una manada de cabras, cuando libró una gran batalla con unos gigantes, que resultaron ser unos cueros donde guardaban vino. Cuando quedó colgando al tener amarrada su mano y él estaba parado sobre su caballo Rocinante, cuando arremete contra unos peregrinos creyendo que llevaban presa a una dama, y que resultó ser la imagen de la Virgen Dolorosa. Cuando enfrentó a unos leones que llevaban en jaulas y estos no lo atacaron por flojera. Cuando bajó a la Cueva de Montesinos, cuando deshizo el teatro del Titiritero, cuando monta al caballo (de madera) Clavileño y cuando no se apartó del camino y fue atropellado por la manada de toros que llevaban a lidiar. Entre todas estas historias también destaca la Aventura de los molinos de viento que don Quijote creía que eran gigantes peligrosos a quienes tenía que derrotar. Cuando don Quijote embistió a uno de ellos, su lanza quedó enredada en un aspa y fue a dar de cabeza al suelo y por poco queda sin dientes y de allí saca la conclusión que “En mucho más se ha de estimar un diente que un diamante”.
Don Quijote y Sancho Panza viajaron por muchos lugares, dormían aquí y comían allá; unas veces huían, sin saber de quién, y otras esperaban, sin saber a quién. Don Quijote buscaba cualquier ocasión para cumplir su designio y Sancho esperaba que su amo ganara algunas batallas para él poder “gobernar” algún pueblo conquistado. Pernoctaban en bosques y montañas donde el mismo silencio guardaba silencio.
Aprovechaban la quietud del campo para dialogar. Don Quijote decía que la risa y la broma sirven cuando alegras tu corazón pero sin ofender a terceros.
También decía que “las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado se vuelven bestias”.
Sancho también aconsejaba diciendo: “La melancolía es la mayor locura que un hombre puede hacer en esta vida. Dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben”.
Continuaba diciendo don Quijote:
“Sábete Sancho, que no es un hombre más que otro si no hace más que otro”.

“Todas las cosas materiales que buscamos en la vida son quimeras, necedades y desatinos que los magos y encantadores nos las ponen al revés para que nos vayamos tras ellas”.
“La venganza es mala porque en cuanto haces la primera, se eslabona la segunda y ésta jala a la tercera y ya después no puedes dejar de ser rencoroso y malévolo”.
Por su parte, Sancho le respondía: “No sé decir razón sin refranar, ni refrán que no me parezca razón” y agregaba:
“De noche todos los gatos son pardos” y “oficio que no da de comer a su amo, no vale dos habas”; porque al final de cuentas, “al meternos a la tierra, por tan estrecha senda va el príncipe como el jornalero y no ocupa más pies de tierra el cuerpo del Papa que el del sacristán aunque sea más alto el uno que el otro; que al enterrarnos en el hoyo, todos nos ajustamos y encojemos”.


Valores humanos que nos recuerda don Quijote:
“La Libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre: por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida…..”
También debes tener compromiso para cumplir la palabra empeñada.
“La ingratitud , Sancho, es algo que debes desechar, incluso más que la soberbia, porque de desagradecidos está lleno el infierno. Recuerda que cuando alguien da o perdona se siente superior al que recibe; pero éste se empareja con su agradecimiento”.
Don Quijote tuvo Lealtad y fe a Dulcinea del Toboso a quien amaba aun sin haberla visto.
También decía que un caballero andante debe ser valiente en los hechos, sufrido en los trabajos, caritativo con los menesterosos y mantenedor de la verdad, aunque le cueste la vida el defenderla. Debe luchar a brazo partido contra la pereza, la ociosidad y la gula. Debe entender que para ser caballero, tendrá que templarse en la lucha, las carencias y las inclemencias del tiempo y de las circunstancias.
“Debes ser humilde, Sancho, aceptando tu linaje pero adornándolo con virtudes que aprendas y practiques”.
Cuando castigues, Sancho, hazlo solo una vez. Si a alguien has de castigar con obras no lo trates mal con palabras, pues le basta al desdichado la pena del suplicio, sin la añadidura de las malas razones”.
Don Quijote también le dio a Sancho estos consejos para adornar el cuerpo: “Debes ser limpio y cortarte las uñas”. “Si tienes seis vestidos para adornar a tus pajes, viste a tres y regala otros tres a otra gente; así tendrás pajes para el suelo y para el cielo”. “Vístete adecuadamente porque quien viste de manera descuidada refleja también un ánimo descuidado”. “Anda despacio y habla con reposo pero cuidando que todos te escuchen”. “Come poco y cena más poco, porque la salud del cuerpo se fragua en la oficina del estómago”. “Sé templado en el beber porque demasiado vino ni guarda secreto ni cumple palabra”. “Modérate al dormir porque el que no madruga con el sol no goza el día”.
Don Quijote recomendaba ser cortés, comedido, no soberbio y no arrogante. Decía: “No te auto-alabes porque eso es vanagloria y te envilece”. Atacaba a quien fuera murmurador, flojo y blando que no pudiera aguantar los rigores del campo. Era un cuerdo loco y un loco que tiraba a cuerdo. Hacía las cosas del mayor loco del mundo y decía razones sabias que borraban lo que hacía.

“Cada quien se sale por la puerta de su locura,
son pocos los que se quedan en el vergel de su pensamiento;
hay unos que con mucha o poca cordura,
disfrutan la reflexión y el entendimiento”.

En la comedia de este mundo donde unos la hacen de emperadores y otros de pontífices y otros más de diferentes figuras, al llegar el fin que es cuando acaba la vida, la muerte les quita a todos la ropa que los diferenciaba y quedan iguales en la sepultura.
Para todos los que tenemos de herencia el castellano, vemos cómo Miguel de Cervantes inicia el cuento: “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo…..”
También vemos que al final del cuento llegó don Quijote vencido de brazos ajenos pero vencedor de sí mismo, que es la mayor victoria que cualquier humano puede desear.

jueves, 17 de marzo de 2011

SER asertivo

Acertar es una palabra que significa: atinar, dar en el blanco, descubrir.

Por otro lado, la palabra asertividad proviene del verbo latino asserere, assertum y significa afirmación, aseveración, confirmación.
En un contexto más apropiado, asertividad significa afirmarse y respaldarse a uno mismo. Representa la confianza, la autoestima y el aplomo que cada persona debe asumir ante toda situación en la vida.
Todo ser humano, debe manifestar una conducta asertiva para expresar adecuadamente cualquier emoción hacia los demás seres humanos. Todos somos libres emocionalmente hablando y debemos defender nuestros derechos, para lo cual, debemos:
Entender cuáles son esos derechos
Aplicarlos
Hacerlo dentro de un marco de respeto a los derechos de los demás.

Existe una relación muy estrecha entre asertividad y autoestima ya que cualquier persona mientras más defiende sus derechos y hace que otros también los respeten, en ese mismo grado, aumentará su autoestima.

Autoestima y asertividad son causa y efecto de sí mismas.

Cuando una persona es asertiva, hace valer sus derechos pero no lo hace a costa de los derechos de los demás. La asertividad no implica falta de sensibilidad hacia las necesidades y deseos de las personas con las que convivimos.
Todos nosotros requerimos aprender el arte de balancear nuestra asertividad con la sensibilidad y empatía hacia los demás. El aprendizaje implica que en cada interrelación con las personas que nos rodean debemos ser empáticos, escucharlas y entender que cada persona es única y diferente a las demás. También debemos entender y aceptar el hecho de que cada día cambiamos y por lo tanto, al reaccionar unos con otros, cada interacción producirá diferentes resultados. No se puede esperar siempre el mismo producto de la convivencia de las personas ya que cada individuo cambia a cada minuto de su existencia y cambia también el entorno donde se convive; por lo tanto, el producto de las interacciones humanas siempre va a ser diferente.

Heráclito decía que “ninguna persona puede bañarse dos veces en el mismo río”. No es la misma persona la que se baña ni son las mismas aguas las que corren por el río.

¿Por qué no somos asertivos?
Para poder sobrevivir, el ser humano, desde su aparición en la tierra, tuvo que escoger uno de estos dos caminos:
Huir y evadir
Luchar y agredir

Conforme se han desarrollado las distintas civilizaciones, el hombre ha venido incorporando otras acciones gracias a su capacidad divina de pensar que lo hacen diferente a los demás animales. Ahora ya puede escoger entre tres opciones:
Huir y evadir
Luchar y agredir o

Usar el lenguaje para ser asertivo.

En la vida actual se nos ha enseñado a no huir y también que “debemos ser valientes”. Se nos ha dicho que “no debemos llorar” y que debemos aguantar con los dientes apretados. También se nos ha dicho que es malo “tener arranques de ira” o que es malo “deprimirse” o mostrarse deprimido.
Cuando reaccionamos exclusivamente a través de los caminos de la huida o de la agresión nos sentimos mal, puesto que esos modos de comportamiento están asociados a las emociones primitivas del miedo o la ira, lo cual está mal visto en una sociedad ya civilizada. En un conflicto personal, al actuar bajo el impulso de la ira o el miedo, nos ponemos en desventaja ya que tenemos mayor probabilidad de “perder la batalla” que a su vez, nos conduce a la frustración, a la tristeza e inclusive, a la depresión. Por lo tanto, si queremos prevenir estas consecuencias deberemos aprender el tercer camino: el de la asertividad.
Fisiológica y psicológicamente estamos hechos para sentir emociones como el temor, la ira y la tristeza ya que así fue como nuestros primitivos ancestros las experimentaban y las expresaban y con ello lograron sobrevivir en condiciones muy difíciles.
En la actualidad, son mal vistas las personas presas de temor, ira o depresión. La sociedad nos enseña a actuar de un modo que “conviene” a los demás. Se juzga imposible mostrar emociones de cólera o ternura. A las personas se les permite hablar de lo que piensan pero no de lo que sienten.
Ahora bien, la asertividad nos enseña a ver las emociones como parte constitutiva de cada persona y nos enseña a hacer uso de ellas.
Los seres humanos, al nacer, poseemos una asertividad verbal que utilizamos constantemente; sin embargo, la vamos perdiendo por el camino de la vida. La primera acción independiente de un niño al nacer es el de protestar contra la forma agresiva en que se le trata. Esa protesta la manifiesta a través del llanto o pataleos y lo hace a cualquier hora del día o de la noche y en cualquier lugar sin importarle “lo que digan los demás”. Además, todos los niños son persistentes en sus protestas y se calman solamente cuando alguien los atiende. Cuando el niño ya gatea, hace lo que desea y causa destrozos por donde pasa y debido a ello es que los adultos han inventado cunas-prisión o andaderas para tratar de controlar el comportamiento resultante de la asertividad innata del infante. Cuando el niño comienza a hablar, lo primero que aprende es a decir ¡NO!; sin embargo, debido a la falta de argumentos adecuados de parte de los adultos, se han inventado leyes con las que se “socializa” o aprisiona al niño. El control físico que padecía el niño con las cunas-prisión pasa a ser control psicológico ya que los adultos constantemente le dicen: “Diosito quiere a los niños buenos”; “No debes ser tan preguntón”; “A tus mayores siempre debes respetarlos” (aunque ellos no te respeten), etcétera.
El control psicológico con el que se aprisiona al niño posee características cuyos daños son más duraderos. Poco a poco, al niño se le va enseñando o programando a ser aprensivo e ignorante y a ser presa de la ansiedad y la culpabilidad. Ese adiestramiento lo llevan a cabo los padres con sus hijos porque así lo hicieron sus respectivos padres con ellos. Esas es la herencia anti-asertiva que nos vamos legando de una generación a otra.
El adiestramiento emocional funciona más o menos de la siguiente manera: cuando el niño cumple con las tareas del hogar o los trabajos escolares, se le dice, “muy bien”; pero cuando no lo hace así, se le dice, “eres un niño malo” (eso le acarrea la sensación de culpabilidad). Por otro lado, al niño no se le permite cometer errores, por lo tanto, a la menor falla se le recrimina diciéndole, “torpe”, “ignorante”, y en esos calificativos lo vamos encasillando. Al niño también se le adiestra para estar ansioso debido a la gran cantidad de normas que la sociedad ha impuesto: normas familiares, de urbanidad, escolares, religiosas, políticas, etc. Hay tantas que el niño realmente no sabe o no quiere dar un paso por temor a cometer infracciones a dichas leyes.
Por otro lado, también existe un tema muy difícil de afrontar que es el de la asertividad femenina. El tema es difícil porque hemos vivido en una sociedad que se ha construido con premisas injustas que han relegado a las mujeres a ejercer siempre un papel secundario y subordinado a los intereses de los varones. De esto, tenemos evidencias escritas en los Libros en que se fundamentan la mayoría de las civilizaciones que han existido desde hace miles de años. Esas premisas han sido fortalecidas por religiosos, científicos, poetas, escritores, psicólogos y por muchos hombres que, al poseer la pluma y el papel, la cátedra en las escuelas y universidades o la tribuna política, han sido los que “han escrito la historia”. En este caso, los que escriben la historia son los vencedores y éstos han sido los varones que no han dado muchos papeles protagónicos a las mujeres o ellas no han sabido ganárselos. En consecuencia, los derechos de las mujeres no se han respetado en el mismo grado que en el de los hombres; por lo tanto, la asertividad femenina no se ha fortalecido.
Volviendo a la pregunta inicial, ¿por qué no somos asertivos? Cada uno de nosotros hemos tenido diferente historia y poseemos diferentes causas de nuestra asertividad o de la falta de ella. Cada uno de nosotros somos responsables de sacar conclusiones y hacer algo al respecto.
Un posible camino de acción es: entender primero lo que significa la asertividad; saber cómo mejorarla y actuar en consecuencia para obtener la habilidad y el arte de ser asertivos para convivir mejor con nosotros mismos y con las personas que nos rodean.

¿Por qué es tan importante la asertividad?
En las últimas décadas han ocurrido cambios culturales muy profundos que están obligando a que la sociedad valore más la productividad y competitividad de los individuos dentro de las organizaciones para que a su vez se obtenga la competitividad y supervivencia de las empresas.
Se requiere asertividad para negociar en todo tipo de transacciones no solo empresariales sino también en las negociaciones afectivas, políticas y familiares; con los clientes y con los proveedores, para señalar solo algunas. Se requiere asertividad en todo tipo de comunicación y convivencia donde, cualquier falla en el proceso de comunicación, hará caer en conflictos que de no manejarse asertivamente, nos puede llevar a dañar gravemente nuestra convivencia con los demás. En este mundo globalizado, la asertividad ha cobrado una importancia crucial en la transformación de las personas y de las organizaciones.

Características de las personas asertivas:
Son proactivas y tienen un plan personal de vida con objetivos claros; se hacen responsables de que las cosas sucedan y no culpan a los demás por sus errores o su falta de acción.
En todas sus interrelaciones con los demás, demuestran una actitud de ganar-ganar. No son egoístas.
Saben comunicarse con todo tipo de personas. Poseen apertura y tolerancia. Saben escuchar cuando los demás les mencionan sus fallas.
Conocen sus fortalezas y entienden sus limitaciones y luchan por superarlas.
Se comunican usando frases como: “yo quiero”, “yo siento”. Usan de manera deliberada y acentuada el pronombre en primera persona: “Yo hice…”, “Me gusta ….”, “A mí me …..”. No se escudan hablando en plural: “Sentimos que…” “Dijimos…..”
Saben aceptar o rechazar con delicadeza y fortaleza a las personas que se mueven en su mundo emocional.
Expresan sus sentimientos oportunamente. Saben llorar, reír y gozar de la vida.
Son personas “directas”, saben “ir al grano”. Saben halagar, admirar y reprobar comportamientos ajenos.
Son personas sencillas y sinceras. Dicen Si cuando es si y No cuando es no.
Saben controlar la ansiedad y los temores.
Saben pedir favores sin disminuir su dignidad. Saben negarse cuando es necesario y saben aceptar los desaires dignamente.

Algunas características de las personas no asertivas:
Son demasiado complacientes con los demás porque temen ofenderlos.
Consideran que los derechos ajenos son más importantes que los propios.
Se muestran tímidos ante los superiores de rango o ante representantes de alguna autoridad. Se muestran demasiado altaneros ante personas de rango o autoridad inferior.
Fácilmente se sienten ofendidos por lo que dicen o hacen los demás.
Toman las discusiones como campos de batalla donde solo hay ganadores y perdedores. Consideran que ceder significa perder.
Esperan que los que los rodean les adivinen el pensamiento y se molestan cuando necesitan algo y los demás no les responden.
No toman decisiones y sufren dependencia de otras personas para que les solucionen sus problemas.
Dan muchas explicaciones y justificaciones de lo que hacen o dejan de hacer.
Permiten que otros los dominen y les dan siempre la razón. No hacen valer su voz ni su voto.
No son capaces de entablar relaciones afectivas íntimas.
Permiten que otros los involucren en situaciones que no son de su agrado.
Son pasivos e indecisos y permiten que los desplacen.
Cuando se comunican, no son abiertos ni oportunos; son superficiales al decir sus sentimientos.
No mantienen contacto visual con sus interlocutores.
Se muestran inseguros en sus pláticas con personas de otro género.
No confrontan situaciones desagradables.
Muestran comportamientos como: siempre querer tener la razón; se enojan con suma facilidad; quieren ser o tener más que los demás; tienen dificultad para aceptar errores; intolerancia con las personas con las que no concuerdan; conductas defensivas exageradas; tendencia a calificar o etiquetar a los demás; hacer burlas hirientes y repetidas con insistencia.

jueves, 3 de marzo de 2011

El Pensamiento Lateral

Desde hace muchos siglos, los seres humanos hemos desarrollado una forma de pensamiento lógica, secuencial y hasta cierto punto, predecible y encajonada. A esta forma de pensar que ya es tradicional, también se le ha llamado “lineal” o “vertical”. Por otro lado, en los últimos años, se ha analizado otra forma de pensar a la que se llama: pensamiento lateral, la cual puede ser de mucha ayuda porque complementa al pensamiento tradicional y lo hace ser más efectivo. En comparación con el pensamiento tradicional, el pensamiento lateral es una forma netamente antilógica que ayuda a utilizar consciente y deliberadamente la perspicacia y nuestra intuición.
Quiero citar un ejemplo de esta forma de pensar y es del gran escritor argentino Joaquín Salvador Lavado (Quino) quien nos regaló la siguiente reflexión:

¡LA VIDA DEBERÍA SER AL REVÉS!
Se debería empezar muriendo y así ese trauma quedaría superado.
Luego te despiertas en un Hogar para Ancianos y vas mejorando cada día.
Después te echan de ese lugar porque ya estás bien y lo primero que haces es cobrar tu pensión.
Luego, en tu primer día de trabajo te dan un reloj de oro.
Después, trabajas 40 años hasta que seas bastante joven como para disfrutar del retiro de la vida laboral.
Entonces vas de fiesta en fiesta, bebes, practicas el sexo, no tienes problemas graves y te preparas para empezar a estudiar.
Luego empiezas el colegio, jugando con tus amigos, sin ningún tipo de obligación, hasta que seas bebé.
Y los últimos 9 meses te la pasas flotando tranquilo, con calefacción central, alimentos gratis, etc. etc.
Y al final………..… ¡Abandonas este mundo en un orgasmo!
Como vemos en el ejemplo anterior, muchas de las soluciones a nuestros problemas pueden venir precisamente en sentido opuesto a lo que nos dice la lógica o el sentido común. Ahora bien, para ser buenos utilizando este tipo de pensamiento, debemos estar atentos para no descartar las soluciones simplemente por no apegarse a la forma tradicional de pensar.
Se cuenta una anécdota que ocurrió hace algunos años en la Ciudad de México. Unos políticos trajeron a Edward de Bono, originador del concepto del pensamiento lateral, para que los asesorara a resolver el problema de la falta de vías de comunicación amplias. Pidió que lo llevaran por una de ellas, que es El Viaducto Miguel Alemán, y al siguiente día ya tenía la respuesta al problema. Antes de darles la solución, pidió que le pagaran, (por aquello de la mala fama), lo cual hicieron los que lo contrataron y él les dio la solución. Les dijo que con su respuesta, el Viaducto incrementaría en 50 % su capacidad. La solución que les dio fue: “incrementar un carril más al Viaducto”. Desde entonces, dicha vía tiene tres carriles y el señor De Bono se llevó una buena cantidad de pesos por su recomendación.
Como vemos en este ejemplo, muchas de las soluciones a los problemas están a la vista de todos, pero hay que ver el mundo de manera diferente y encontrar respuestas aunque sean ilógicas.
Características del pensamiento lateral.
Podemos enriquecer nuestros métodos para resolver problemas en la vida si aplicamos dos fases: la primera, la del pensamiento lateral, como una forma de usar la información, las sensaciones y los estímulos que llegan a la mente para mezclarlos y generar muchas ideas y conceptos que puedan parecer descabellados. En la segunda fase, se “doman” y pulen las ideas locas y se analizan desde una perspectiva racional y lógica.
En la fase de pensamiento lateral, no debemos usar dogmas o reglas del pensamiento lógico; no debemos acatar las creencias de las “formas tradicionales” o de los caminos únicos para resolver las situaciones. Cuando pensemos “lateralmente”, debemos seguir una dirección diferente a la que siguen las personas por el camino lógico-vertical. El pensamiento lateral tiene como objetivo generar nuevas ideas y nuevos caminos para ver las cosas. También contribuye a liberar la mente del efecto restrictivo de las ideas y modelos anticuados que ya están muy arraigados en los canales cerebrales y, por lo tanto, dificultan la manera de pensar más creativamente.
Otra de las finalidades de esta forma de pensamiento es buscar deliberadamente los enfoques menos obvios para solucionar problemas y retos; busca incluso los enfoques que vayan en sentido exactamente opuesto a lo que dicte la lógica o el sentido común. También busca que las personas se acostumbren a generar antes que nada una gran cantidad de caminos alternativos de solución en lugar de lo que comúnmente se hace ya como hábito: seguir por el primer camino que se vislumbra, el cual por flojera se ve como el más lógico o fácil.
Para poner en práctica el pensamiento lateral hay que considerar o aplicar procesos mentales donde intervengan la perspicacia, el humor, el ingenio, los chistes, incluso el vocabulario de “doble sentido” o los albures, entre otros. También es recomendable usar muchas metáforas, analogías, anécdotas, parábolas, fábulas, etcétera. A este respecto, los mexicanos nos pintamos solos y tenemos muchos ejemplos de personas que nos regalan frases, dichos y formas de pensar que son ejemplo del pensamiento lateral.
A continuación se citan algunas frases del libro: Armando Hoyos (del comediante Eugenio Derbez):
• Si el hombre que no trabaja se hace buey…. El buey que no trabaja, ¿se hace hombre?
• Si el lobo se comió a la abuelita…. ¿Caperucita pasa a ser su nieta?
• Si el pitcher te poncha….. ¿te casas con él?
• El padrino ….. ¿le bautizó el chiquito a la comadre?
• El amor en la familia…. ¿se da en el padre? ¿o se da en la madre?
También tenemos ejemplos de la obra de Ramón Durón Ruiz: El Filósofo de Güemez (Güemez es una población cercana a Ciudad Victoria, Tamaulipas):
“Nada es estable en la vida
porque todito es pintado,
nomás lo pendejo es firme
y nace sin ser sembrado”.
• Pa’que el barco flote….. a fuerza tiene que estar en agua.
• Cuando hay…. hay; cuando no hay…. no hay.
• El que se chingó………. se chingó.
• Tarde…… pero sin sueño.
• Si dos perros van siguiendo una liebre, y el de adelante no la alcanza….. el de atrás menos.
• Si no llueve pa’l día último de este mes……... ya no llovió este mes.
• El que anda de buenas…….. no puede andar de malas….
• Se está muriendo mucha gente que no se había muerto antes…
• Si dos montan un caballo,……. de seguro uno va atrás.
Vemos en los ejemplos anteriores muchas ideas que forman parte del vocabulario popular y que representan nuestra forma de pensar lateralmente y que, ante todo, poseen la picardía y el ingenio de mucha gente.
¿Cómo podemos aplicar esta forma de pensar de una manera más productiva para nosotros?
Quiero finalizar con dos sencillas recomendaciones para aplicarlas cuando nos enfrentemos ante problemas que aparentemente son difíciles de resolver: primero, hay que aclarar perfectamente el nombre del problema y de ser posible, ponerlo por escrito. En segundo lugar, debemos de escribir muchas soluciones que vayan en sentido contrario a la lógica de las cosas, es decir, tratar de “empeorar” dicho problema y cuando ya tengamos muchas de estas respuestas, podremos encontrar alguna que nos sugiera alguna solución definitiva al problema que enfrentamos. Vamos a suponer que ya tenemos escrito el nombre del problema que queremos resolver: “Nuestra ciudad (Yurécuaro), no tiene presupuesto para construir su Museo Municipal”. Entonces para empezar a generar ideas de solución a alguien se le ocurre la primera forma de “empeorar el problema” y que es:
a). “Gastar en una fiesta el poco dinero que ya se ha reunido…”
b)……..
c)………….
Estimado lector ¿a usted se le ocurre alguna forma de “empeorar el problema”?.
Si la tiene por favor mándenosla a: cazadordelaverdad@hotmail.com

jueves, 3 de febrero de 2011

Resistencia o “resiliencia” al cambio.

Comúnmente, en nuestras pláticas, hablamos de “resistencia al cambio” al referirnos a personas que se oponen a alguna nueva forma de hacer las cosas. Por ejemplo, si en el país se determina cambiar el horario de verano para ahorrar energía, aparecen muchos mexicanos que se niegan a aceptar tal decisión. O también, si en nuestra ciudad, para mejorar el tránsito en nuestras calles, se determina cambiarles el sentido, inmediatamente surgen muchas personas que dicen: ¡NO!
Es en esas ocasiones en que decimos que hay “resistencia al cambio” porque según nuestro juicio, hay otras personas que se oponen al progreso o al cambio. Este fenómeno se ha presentado en la humanidad desde sus inicios y simplemente recordemos que Adán y Eva dijeron ¡no! a la orden de no comer los frutos del Árbol del Bien y del Mal. Por otro lado, también debemos comprender que esta resistencia al cambio seguirá en el mundo mientras haya seres humanos que tienen la capacidad de elegir entre diferentes formas de pensar y actuar.
Sobre el anterior tema se han escrito infinidad de teorías y tratados por lo que saldría sobrando otro más; por lo tanto, dedicaremos estas líneas a analizar el concepto de “resiliencia” y la utilidad que nos puede aportar.
La palabra resiliencia (aparentemente aun no está reconocida por la Real Academia Española), tiene su origen en el latín cuyo término resilio significa volver atrás y de allí se originó la palabra en inglés resilience.
El término se empezó a utilizar en la física definiéndolo como la capacidad que tienen los materiales que son sometidos a calor, golpes o presión y posteriormente, recuperaran su forma inicial pero mejorada debido a su elasticidad o flexibilidad. En este sentido, se dice que el metal que es sometido a calor hasta deformarse y luego se enfría para hacerse más fuerte, es resiliente. Este proceso es el que se le da al acero templado.
Posteriormente, el concepto fue adoptado por diferentes científicos en muchos campos de la medicina, la sociología y la psicología entre otros. De lo anterior, podemos reflexionar sobre varios enfoques bajo los que podemos ver este fenómeno.
LAS PERSONAS QUE SON RESILIENTES. En 1992 E. Werner y R. Smith publicaron un estudio que aplicaron en Hawai donde habían observado a lo largo de 40 años a 502 individuos que habían nacido y vivido en situación de pobreza y adversidad. De ellos, muchos llegaron a la edad adulta con claros signos de fracaso y derrota personal pero otros salieron adelante a pesar de todo y a éstos los identificaron como personas resilientes. Detectaron en ellas algunas características distintivas como: conocían y controlaban sus emociones; eran más autónomas y tenían sentido del humor; poseían una alta autoestima y eran muy empáticas (sabían escuchar y eran sensibles a los sentimientos de los demás). También descubrieron que durante la infancia y juventud, las personas resilientes habían contado con el apoyo de cuando menos un adulto que las había comprendido y aceptado incondicionalmente. Otros científicos descubrieron otras características imprescindibles en la gente resiliente como la de ser persistente. En este sentido, citan el viejo mito de Sísifo hijo de Eolo y rey de Corinto que estuvo condenado a empujar eternamente una pesada roca cuesta arriba de una montaña y ya cuando parecía que iba a llegar a la cima, la roca rodaba al punto de partida y Sísifo persistentemente, volvía a empujarla hacia arriba sin dejarse derrotar. Otra característica que debe poseer una persona resiliente es la de poseer un sentido y propósito en su vida; esto le permite sobreponerse a todas las situaciones adversas y salir no solamente a salvo sino también transformado a causa de la experiencia vivida ya que todos somos capaces de hacer grandes esfuerzos cuando luchamos por algo que merece la pena. Finalmente podemos agregar que los expertos en este tema dicen que esta capacidad forma parte de la Teoría de la Evolución de las especies y que ha permitido sobrevivir solamente a los individuos resilientes, o más aptos, y que finalmente dieron origen a la especie del homo sapiens actual.
Desde el punto de vista organizacional, podemos decir que una empresa o institución es resiliente cuando posee la capacidad de resistir a la incertidumbre, a las crisis, a los cambios y situaciones conflictivas y aprender de esas experiencias aprovechándolas como camino hacia el progreso y no solamente como mecanismo de supervivencia. Las personas de las organizaciones actuales, deben entender que la nueva actitud se basa en buscar deliberadamente las innovaciones y cambios y aceptar que junto con ellos vendrán conflictos que deberán confrontarse y solucionarse lo cual causará dolor y traumas físicos y psicológicos pero que redituarán en aprendizajes que ayudan a ser personas y organizaciones más templadas y resilientes que permitirá sobrevivir en este mundo tan competido.
Las personas no solamente debemos resistirnos a los cambios sino que debemos buscarlos porque implican riesgos, tribulaciones y situaciones adversas que al enfrentarlas nos servirán para templar y fortalecer nuestro carácter y nos harán más aptos para solucionar cualquier contingencia futura que se presente, por difícil que pueda ser. Esa fortaleza y templanza de carácter lo heredaremos a nuestros hijos y a toda la gente que nos rodea y por lo tanto, contribuirá a hacer una sociedad más resiliente y preparada donde sus miembros podrán enfrentar retos más demandantes. Suena un tanto frío el comentario, pero dentro de la selección natural de las especies, debemos entender que solo sobrevivirán las que estén más preparadas para enfrentar las condiciones que, como vemos ahora, se están haciendo más difíciles cada día. La lucha por los empleos disponibles en las organizaciones, la ganarán las personas más competentes. A su vez, las organizaciones sobrevivirán solamente las que se preparen para ser más resilientes y puedan mantener satisfechos a sus clientes cuyas exigencias se van incrementando conforme avanza este nuevo siglo y milenio.
Finalmente, quiero citar aquí “La Plegaria de los Paracaidistas” de Zirnheld y que considero puede ser el himno de las personas resilientes.

Plegaria de los paracaidistas

Dame Señor, lo que tienes todavía;
Dame lo que nadie reclama.
No te pido riqueza, ni éxito,
Ni siquiera te pido salud:
La gente te pide todo eso con tanta frecuencia, Señor,
Que ya no te debe quedar más.
Dame Señor, lo que todavía tienes;
Dame lo que la gente se niega a aceptar de Ti.
Quiero la inseguridad y el desasosiego,
Quiero el tumulto y la lucha.
Y si me los concedes, Señor,
De una vez por todas asegúrame que los conservaré,
Porque no siempre tendré el coraje de pedírtelo.

Zirnheld

La Camisa del hombre feliz

A media mañana entró don Fulano de Tal, con una amplia sonrisa, a la flamante “Clínica Desestresante Mevale”, ubicada en uno de los mejores rumbos de la ciudad. Lo recibió Zutanita, quien también, con una amplia sonrisa y unas amabilísimas manos, le toma sus datos y también unos cuantos billetes de cien pesos, que es la cuota normal, por una sesión terapéutica relajante. Zutanita, conduce a don Fulano hasta un flamante consultorio donde el Dr. Menga Nos Turreyno, está terminando de preparar sus menjurjes y le señala el perchero donde puede colocar su camisa, ya que la sesión se llevará a cabo sin dicha prenda. Enseguida, el Dr. Menga recuesta a don Fulano en un blando camastro y le pide se ponga boca abajo. Después se dirige a su aparato reproductor de música y programa varias melodías que contienen temas serenos y pausados iniciando a tocar el “Canon en D de Pachelbel”. Luego enciende una varita de oloroso incienso, el cual se esparce por todo el consultorio. El doctor regresa a donde está don Fulano, quien ya para entonces tiene su sonrisa más acentuada, y empieza a aplicar en la espalda un aceite aromático al mismo tiempo que le pide que ponga mucha atención a la pieza musical que esta oyendo, y se concentre solo en el ritmo del violonchelo, manteniendo también los ojos cerrados al mismo tiempo que respira rítmica y profundamente. Un rato después, don Fulano ya muestra en su cara una expresión de éxtasis, al mismo tiempo que el Dr. Menga, muestra signos de incredulidad como preguntándose cómo es posible que aun antes de haber iniciado el masaje terapéutico, su paciente está tan feliz. Sin embargo, eso no le impide hacer los primeros movimientos en la espalda de don Fulano. Pasado un rato, las cosas iban bastante bien, el incienso seguía haciendo su labor calmante; la melodía continuaba en base al rítmico sonar con el violonchelo llevando la pauta; don Fulano seguía respirando pausadamente hasta que al doctor Menga se le ocurrió, simplemente por hacer plática, hacer la siguiente pregunta:
- ¿Y cómo le va a usted don Fulano?
Y el aludido, también por hacer plática, comenzó una larga letanía de bendiciones que le estaban ocurriendo:
- Por el lado del negocio, tengo muchísimos clientes que compran mis productos porque están hechos con calidad de primera; esto se debe a que mis empleados están bien pagados y tanto jefes como subordinados, nos vemos como una gran familia y trabajamos verdaderamente en equipo. Mis proveedores están felices porque les pago lo justo y a tiempo. Ya hemos comenzado a exportar a varios países y además, estoy cumpliendo como se debe con mis impuestos. Como el negocio va tan bien, ya me han hablado varios inversionistas porque quieren asociarse conmigo. En pocas palabras, tengo asegurado el futuro de varias generaciones de mi familia.
Para esto, conforme don Fulano iba hablando sin parar, el Dr. Menga en lugar de sobarle suavemente la espalda, le daba golpes que poco a poco iban subiendo de intensidad como si los diera con coraje. Llegó un momento en que don Fulano se empezó a preocupar de los golpes que estaba recibiendo pero consideraba que eran parte del “masaje tarasco” que el doctor Menga tanto pregonaba en su volantes publicitarios por lo que continuó diciendo: …. Y en mi vida familiar, fíjese que mi esposa es un encanto y me ama intensamente. Mis hijos, todos me han salido muy respetuosos y van por el camino en que los hemos formado y no nos dan problemas y tanto en las escuelas a donde van como los amigos que frecuentan, solo hablan felicitándonos por sus buenos resultados.
Y mientras don Fulano seguía relatando todas las cosas buenas que le ocurrían en la vida, el doctor Menga se iba mostrando visiblemente estresado y le aplicaba golpes más contundentes. Al mismo tiempo que esto ocurría, la pieza suave de Pachelbel se había terminado y ya iba muy avanzado El Bolero de Ravel con su monótona enjundia que hacía que el doctor lanzara golpes más rabiosos y que su cara amable se transformara en un rostro lleno de furia y resentimiento contra el hombre al que tan felizmente lo había tratado la vida.
Poco tiempo después, don Fulano sintió unos terribles golpes tanto en los riñones como en el hígado que lo hicieron levantarse bruscamente del camastro al mismo tiempo que exclamaba: ¡¿Qué chingados le pasa!?
El doctor Menga nada contestó y solo seguía lanzando golpes como si estuviera casi por noquear a su oponente dentro de un cuadrilátero boxístico. De no ser por Zutanita que entró espantada a la habitación, hubiera tendido en el suelo a don Fulano, quien solamente atinó a salir huyendo medio desnudo de la Clínica Desestresante Mevale.
Zutanita, con su cara de asombro, solo atinaba a mirar sorprendida al doctor Menga quien, tenía en sus manos la camisa de don Fulano y había salido de la clínica para ver cómo su paciente se perdía a la distancia.
Con la prenda en las manos, el doctor recordó un cuento que había escuchado en su infancia y que trataba de un rey que estaba a punto de morir de tristeza y a quien sus doctores, le habían recetado que para salvarse, tenía que vestirse con la camisa de un hombre feliz. El rey anduvo por todo su reino en busca de tal hombre y cuando se paraba a preguntar a todo aquel que se encontraba si era feliz, tenía que continuar su camino porque todos respondían con un ¡no! rotundo. Por fin, un día pasó junto a una humilde choza, dentro de la cual se oía que cantaba felizmente un hombre. Como la puerta de la vivienda estaba cerrada, desde fuera, el rey le preguntó:
- ¿Eres feliz, buen hombre?
A lo que el hombre contestó:
-¡Tengo todo y la vida me ha hecho feliz!
Entonces el rey, pensó que su búsqueda había terminado y ya podía curar su tristeza y salvar la vida. Le preguntó entonces:
- ¿Me puedes vender tu camisa?
A esta pregunta, el rey solo obtuvo por respuesta un profundo silencio dentro de la choza y como pasaba el tiempo y ya estaba desesperado por vestirse con la camisa del hombre feliz, se atrevió a mirar por la ventana. Quedó sorprendido cuando en el interior, el hombre sonreía mostrándole que iba vestido solamente con un pequeño calzón de manta.

Finalmente el doctor Menga se quitó su flamante bata y se vistió con la camisa de don Fulano. Sonriendo, se dirigió a la entrada de su clínica y mirando hacia el letrero, le dijo a Zutanita:
- ¡Necesitamos cambiar el giro de este negocio!